La teoría de la conspiración alcanzó ayer su paroxismo en el juicio del 11-M con la intervención de José Luis Abascal, abogado de Basel Ghalyun y Jamal Zugam. El letrado, que ha destacado a lo largo de la vista por sus ataques a la instrucción de la causa, se superó a sí mismo en la presentación de su escrito de conclusiones. Sostuvo que los autores de los atentados no están en el banquillo y denunció que la investigación de la masacre se obstruyó "con fines espurios" desde las "cloacas del Estado", como ha ocurrido, dijo, en otros casos de la historia española, entre los que citó el asesinato de Luis Carrero Blanco, el golpe del 23-F, el desastre de Anual o el crimen del aceite de colza.

Abascal descalificó con duras palabras la instrucción del sumario y el escrito de la fiscalía. Alegó que "no existen ni existirán" pruebas sobre lo que sucedió en realidad el 11-M, porque "todo forma parte de una ilusión creada para las elecciones del 2004", que dieron la victoria a Rodríguez Zapatero. "Alguien quiso que no se investigara más y provocó una grave indefensión de los acusados", señaló.

A su juicio, los procesados que no pertenecen a la trama asturiana se encuentran en el banquillo por el simple hecho de ser musulmanes. Equiparó la situación a los métodos del nazismo, a la prisión de Guantánamo y a los linchamientos de negros por el Ku Klux Klan en "la Alabama de los 50". "Las pruebas eran lo de menos, después se fabricaban", dijo. Y añadió: "Si sugieres algo similar te tachan de españolista, facha y conservador".

Abascal no entró a especular sobre quiénes fueron, desde su punto de vista, los autores de los atentados. Se limitó a señalar que no descartaba a ETA. Prefirió centrar toda la maquinaria dialéctica en verter graves acusaciones contra la investigación, denunciando una y otra vez la presencia de siniestras "intervenciones humanas" que eliminaban o fabricaban pruebas. En ningún momento consideró oportuno aclarar que la mayor parte de esas pruebas aparecieron cuando el PP aún se encontraba en el Gobierno, en espera del traspaso de poderes al PSOE.

Insistiendo en sus comparaciones con otros momentos históricos, el abogado dijo que en el 11-M ocurre lo mismo que en el caso de la colza, que en los años 80 causó la muerte a 650 personas por la ingestión de aceite industrial comercializado de modo fraudulento como alimenticio. Abascal resucitó la teoría de que las muertes no las provocó el aceite sino una partida de tomates tratados con pesticidas, realidad que habría sido ocultada por "intereses de Estado". "No podemos tapar crímenes con colza o con goma-2", manifestó en alusión a aquel trágico episodio y al explosivo que, según la fiscalía, se usó en el 11-M. "España ya no es un país adolescente. España debe plantarse y salir al paso de sus demonios", proclamó.

CONTACTOS En defensa de los procesados, Abascal alegó que no se ha probado que ninguno tuviera contactos con Osama bin Laden o Al Qaeda, como sí ocurrió con algunos participantes de los atentados del 11-S en EEUU. Respecto a Ghalyun, dijo que la identificación de su ADN en un gorro hallado en los escombros de Leganés no lo inculpa, ya que en ese piso aparecieron 127 huellas de otras personas. La defensa de su otro cliente, Zugam, será el 2 de julio.