Cataluña celebró ayer sin apenas incidentes la Diada. Sobrio y solemne, el nuevo acto institucional convocado por la Generalitat de Maragall superó el examen. Los políticos catalanes, en una demostración de que el oasis catalán existe, evitaron la confrontación. Instituciones y partidos, con la excepción del PP, desfilaron ante la estatua del consejero jefe de la Generalitat en 1714. Nadie --ni el tripartito, ni ERC-- se salvó de los abucheos. M. B.