La traición de los dos diputados socialistas que ayer no acudieron a la constitución de la Asamblea de Madrid ha dejado el Gobierno regional al alcance del PP. Las ausencias deliberadas de Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, números 13 y 46 de la lista del PSOE, consiguieron que este partido perdiera ayer la presidencia del Parlamento autonómico. Para ese cargo fue elegida en segunda vuelta la diputada del PP Concepción Dancausa, por 55 votos frente a los 54 que suman el PSOE e IU.

Esta maniobra convierte en papel mojado la alianza de los dos partidos de la izquierda, que pretendía situar al socialista Rafael Simancas al frente del Gobierno madrileño. Ayer tarde, la dirección del PSOE, encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero, decidió la expulsión fulminante de Tamayo y Sáez, y les exigió la renuncia inmediata a sus escaños.

OPERACION PLANIFICADA

Zapatero sostuvo que había sido una operación "perfectamente planificada" y pidió al PP que reflexione sobre qué hará ahora porque el PSOE reivindicará el Gobierno de Madrid para la "mayoría legítima".

En su peregrinar por radios y televisiones, Tamayo justificó ayer su maniobra por la actitud "entreguista" de Simancas respecto a IU, y levantó la bandera de la socialdemocracia frente a los "extremismos". También aseguró que el domingo expresó esta opinión en la reunión del comité regional socialista.

Zapatero y Simancas negaron tajantemente que Tamayo hubiera objetado antes los pactos con IU. El líder del PSOE aseguró que no existía "ninguna razón política" para la acción de los dos rebeldes, "que sólo se debe a razones estrictamente personales por las que deberán responder ante la opinión pública".

Fuentes socialistas sí confirmaron que Tamayo se reunió el lunes por la tarde con el secretario de organización del PSOE, José Blanco, para lamentarse porque se le hacía "poco caso". Fuentes socialistas indicaron ayer que Tamayo ambicionaba ser consejero de Justicia del Gobierno regional.

SOSPECHAS DE CORRUPCION

A juicio de varios socialistas madrileños, la imagen de la renovación y de partido unido que ha acuñado Zapatero puede quedar gravemente afectada.

Otros dirigentes del partido que pidieron el anonimato ligaban la actuación de Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez con oscuros intereses urbanísticos. Simancas había puesto en guardia a relevantes grupos económicos. Sus anuncios de que metería en cintura a los "especuladores del suelo", situaría al frente de la Caja Madrid a un "progresista" y pararía los pies a las grandes superficies habían generado una gran inquietud en sectores afectados.

Simancas, visiblemente afectado, no daba ayer por perdida la presidencia de la Comunidad de Madrid. La dirección del PP analizó la posibilidad de que su candidata, Esperanza Aguirre, acceda a la presidencia con el apoyo de sus 55 diputados cuando la mayoría absoluta está en 56.

TRANSFUGUISMO

Muy sonriente, Aguirre evitó cantar victoria. Dijo que lo ocurrido abre incertidumbres que deberá despejar el PSOE y negó tajantemente que alguien de su partido hubiera pagado a Tamayo y Sáez.

IU pidió una reunión urgente del pacto antitransfuguismo e instó al PP a renunciar a la presidencia "ilegítima" de Madrid.

El hecho de que la nueva presidenta de la Cámara leyera su discurso despertó algunas reticencias. Un socialista comentó que "parecía que lo tuviese preparado". Dancausa dispone ahora de 15 días para evacuar consultas con los portavoces de los tres grupos parlamentarios y proponer un candidato para la presidencia del Gobierno regional.

Si los dos diputados rebeldes, en el Grupo Mixto, impidieran tanto la investidura de Aguirre como la de Simancas, tras dos meses del primer pleno de investidura se convocarían elecciones.