Josep Antoni Duran Lleida no será la piedra sobre la cual Artur Mas edificará su iglesia. El futuro president de la Generalitat y el líder de Unió desvelaron ayer en la sede de Convergència que, tras mucho debatir, han acordado que Duran no será consejero jefe del nuevo Ejecutivo catalán. Seguirá como jefe de filas de la federación nacionalista en el Congreso y volverá a ser candidato en las elecciones legislativas previstas para el 2012.

El líder democristiano tuvo un homenaje peculiar: la escenificación de su renuncia con honores a un cargo que nunca llegó a ostentar. Y que nadie ostentará: Mas confirmó que, descartado Duran, no habrá conseller primer en su Gobierno. Mas no dudó en llenar de piropos a su antaño rival en la carrera por la sucesión de Jordi Pujol.