Carmen Franco debe de estar contenta. La democracia del PP premia la fundación que preside para enaltecer la figura del dictador y el golpe de Estado de 1936 con una nueva subvención de 26.500 euros. Y lo hace con nocturnidad y alevosía. En pleno agosto. Sin hacer ruido. Como la policía franquista cuando, de madrugada, arrestaba y torturaba a miles de demócratas. Integran la misma tradición, la que da medallas a verdugos como Melitón Manzanas e incorpora a conversos como Pilar del Castillo, la ministra concesionaria, que quiere recuperar la historia de la España ´una, grande y libre´ en la enseñanza.No hay ninguna fundación en el mundo que, con dinero público, se dedique a glosar a

Hitler, Videla, Stalin o a ningún otro genocida. La España del PP es diferente. De nada sirven los pronunciamientos para suspender esta fundación, pasar sus fondos a archivos públicos e invertir en éstos para facilitar el conocimiento del pasado.