Las fuerzas de seguridad han detectado que ETA se nutre cada vez con más frecuencia, no solo con jóvenes curtidos en la kale borroka , sino también con personas de perfil político que, debido al acoso judicial, ya apenas pueden significarse en ese ámbito. "La permeabilidad entre el aparato político y militar es mayor que antes si cabe", señala un especialista en la lucha contra el terrorismo. El ejemplo más paradigmático es Unai Fano, que, de llevar la voz cantante de Batasuna en la mesa de partidos creada durante el fracasado proceso de paz en Euskadi, pasó a esconderse en el monte con pistolas y coches robados.

"LA TROPA DE ELITE" Pero no es el único. La Guardia Civil incluyó recientemente a cinco nuevos etarras en la lista de más buscados y todos tienen en común que han engrosado o son militantes de las siglas con las que se ha disfrazado Batasuna, tres de ellos de ANV. Solo uno tiene experiencia en la violencia callejera. Constituyen, como los denominan las fuerzas de seguridad, "la tropa de élite" de ETA.

Los investigadores manejan varias hipótesis para explicar el por qué de su salto a la clandestinidad. Por un lado, sostienen que hay que tener presente el contexto actual, en el que la banda ha decidido que solo con atentados puede forzar al Gobierno español a una nueva negociación.

Además, la falta de apoyo de ETA es tan acusada que acepta casi a cualquier activista que esté dispuesto a practicar la violencia y no sea sospechoso de ser un topo. "Limpian hasta las alcantarillas", razona un experto. Por último, los analistas recuerdan que la presión político-judicial hace que muchos aberzales no tengan más remedio que pasar a Francia y de ahí, después de la formación, integrarse en algún aparato o comando.

EL DESTINO Fuentes de la investigación explican que los nuevos más buscados pertenecían a Ekin, la estructura política de la banda ETA ilegalizada, y que posiblemente se fugaron cuando la Guardia Civil desarticuló, a primeros del mes de septiembre, el grupo más importante de la kale borroka en Navarra. Las mismas fuentes sostienen que los huidos dinamizaron este grupo y se investiga si intentaban poner en marcha un comando en la comunidad foral.

Los analistas no tienen una teoría clara de cuál será su ubicación en la organización. Eso sí, sostienen que, de pasar a los comandos activos, pese a que en teoría su formación intelectual es más elevada, previsiblemente cometerán más errores porque no están acostumbrados a controlar los nervios y pasar miedo como los que cada fin de semana se baten en las calles con la Ertzaintza para lanzar cócteles molotov. Sin embargo, advierten de que sí pueden planificar mejor los atentados.

EL ENTORNO Los especialistas también destacan que la banda, aunque siempre ha recurrido a miembros del mismo entorno o familia, ahora lo hace con más frecuencia. Así, uno de los recién incluidos en la lista es hermano de Mattin Sarasola, integrante del comando especial que colocó las bombas en la T-4 del aeropuerto de Barajas, mientras que uno de los cuatro jóvenes detenidos esta semana por actos de violencia callejera es hermano de otro de los huidos.

PROCESO DE ´GRAPIZACION´ Con estos vínculos, afirman las fuentes, el núcleo duro de la organización terrorista se asegura que el aspirante no es un infiltrado de la policía. "Pero es un claro síntoma del proceso de grapización al que se ve abocada ETA", señalan los investigadores más optimistas.