La banda terrorista empezó a enviar a principios de octubre una remesa de cartas de extorsión a empresarios vascos y navarros. Entre los remitentes figuraban pequeños comercios y profesionales a los que ETA no había extorsionado con anterioridad. Como su poder adquisitivo es menor, la organización terrorista ha rebajado el dinero exigido de los 400.000 euros que demandó en agosto a entre 70.000 y 90.000 euros, según informó ayer El Correo.

La Confederación Empresarial Vasca, Confebask, puntualizó, sin embargo, que no se trata de una nueva oleada masiva de cartas, sino de que el chantaje de los etarras es un "goteo continuo e incesante".