La historia de Roberto Flórez, el exagente del CNI al que se acusa de haber vendido secretos de los servicios españoles a Rusia, no para de deparar sorpresas. La última de ellas roza lo estrambótico: en los registros practicados al domicilio y despacho profesional de Flórez en el Puerto de la Cruz (Tenerife) se ha descubierto una copia de la carta que, en noviembre del 2001, dirigió al espionaje ruso ofreciendo sus servicios, según publicó ayer El País .

Flórez fue detenido el lunes de la semana pasada en Tenerife bajo la acusación de haber vendido a Moscú información sensible sobre el CNI, según anunció al día siguiente el director del centro, Alberto Saiz. En los últimos días se han ido conociendo detalles de su actuación, como que cobró una primera partida de 200.000 dólares por su trabajo, según adelantó este diario.

Aunque la historia del espionaje narra numerosos casos de agentes dobles que traicionan a su país, resulta insólito que el topo ofrezca sus servicios por carta. la información de El País lo atribuye al carácter audaz y poco precavido del exagente, nacido en Asturias en 1965. Cuenta el diario que Flórez logró entablar relaciones muy importantes en el entorno de ETA. Sin embargo, su imprudencia era tal que la dirección del centro de espionaje lo sacó de Euskadi en 1997.