Mientras en el Congreso se debatía ayer sobre la apertura de un diálogo político sobre el futuro de Euskadi, en la Audiencia Nacional se decidía sobre el futuro de algunos de los interlocutores que podrían participar en ese diálogo. Se trata de Arnaldo Otegi y otros siete dirigentes de Batasuna, que estaban citados a declarar por convocar actos en nombre de la formación ilegalizada. El juez Fernando Grande-Marlaska decidirá hoy si les envía a prisión, aunque la fiscalía consideró que no se debe modificar su situación de libertad bajo fianza.

Para el fiscal jefe de la Audiencia, Jesús Santos, ni las presentaciones de la mesa nacional y de la comisión negociadora de Batasuna que participaría en una eventual mesa de partidos, ni las advertencias lanzadas por uno de sus portavoces insinuando que se bloquearía el proceso de paz si era encarcelado él o el resto de los aberzales constituyen un motivo suficiente para solicitar que entren en prisión o la eludan bajo fianza. Por ello, no solicitó que se celebre hoy la vistilla en la que el juez Fernando Grande-Marlaska decidirá los cargos que recaen contra los procesados. Las acusaciones particulares, la Asociación Víctimas del Terrorismo y Dignidad y Justicia, sí solicitaron al juez que se celebren las vistillas, y anunciaron que pedirán prisión para los ocho dirigentes de Batasuna.

INSULTOS Y ABUCHEOS Otegi, junto con otros tres miembros de la mesa nacional, Rufino Etxebarría, Jon Gorrotxategi y el exeurodiputado de Herri Batasun Karmelo Landa, llegaron a la Audiencia hacia las cuatro de la tarde, una hora antes de su citación, por lo que lograron evitar los insultos de unos 80 ultraderechistas que el resto de la tarde estuvieron a las puertas de la Audiencia gritando "asesinos" e insultos similares a los aberzales. Tanto es así, que el magistrado tuvo que suspender durante media hora los interrogatorios porque el ruido que hacían le impedía hacer su trabajo. Los procesados se negaron a declarar pese a que el juez les preguntó por los hechos mencionados.

Hoy acudirán a declarar otros cuatro miembros de la mesa nacional de Batasuna, Juan Cruz Aldasoro, Pernando Barrena, Joseba Alvarez y Joseba Permach. Este último fue quien advirtió al juez de que su mano dura podía dar al traste con el proceso de paz en Euskadi. Hoy hacia las ocho de la tarde se celebrarán las vistillas y horas después se sabrá si son enviados a prisión.

En un principio, los dirigentes aberzales estaban citados a declarar por la presentación del órgano de dirección, la mesa nacional, el día 24 de marzo. Las actividades de Batasuna están suspendidas y los dirigentes imputados se saltaron esta prohibición con el mencionado acto de presentación. El fiscal sí solicitó esta comparecencia, aunque ayer consideró que no es suficiente para modificar su situación. No obstante, no solicitó ampliar la imputación de los aberzales por los actos que han seguido convocando. Fue el juez, a instancia de las acusaciones particulares quien, no solo amplió la imputación, sino que apreció también un delito de amenaza terrorista porque los aberzales vincularon el desarrollo del proceso de paz a la creación de una mesa de partidos y a la actuación de los tribunales. La situación de Otegi es la más delicada. Como el resto está procesado en la causa que se sigue contra Batasuna de colaborar con la banda terrorista ETA. Como a pesar de la presión judicial, sigue actuando en nombre de la formación aberzale, ha ingresado en prisión en dos ocasiones.

EL REGRESO DE GARZON La presión judicial contra Batasuna podría relajarse cuando el juez Baltasar Garzón regrese en julio a la Audiencia Nacional. El magistrado estará a frente de la causa de Batasuna y recientemente declaró que el poder judicial debería tener en cuenta la nueva situación surgida tras la declaración del alto el fuego de ETA.