El Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE), que reúne a los jefes de la diplomacia de los Veintisiete, tiene ante sí una tarea compleja en su reunión del 26 de enero: forjar una posición de consenso sobre la eventual llegada a Europa de los presos exonerados de Guantánamo, lo que, en buena medida, condicionará sus futuras relaciones con la EEUU. Ante las dispares reacciones iniciales de los socios comunitarios, algunos de ellos reacios a acoger a reos procedentes del polémico penal, Francia abogó el miércoles por buscar una "respuesta concertada" de la UE, y adelantó que ello requerirá intensas "consultas" en las semanas venideras.

El portavoz de Bernard Kouchner, ministro francés de Exteriores, se felicitó por la decisión de Obama de cerrar Guantánamo y recordó que así lo había pedido la UE, mensaje que sugiere una disposición favorable a atender la petición de EEUU.

Pero el consenso europeo todavía está lejos de conformarse. Frente a la plena disposición de Portugal a acoger reos de Guantánamo, avanzada hace unos días por su ministro de Exteriores, Luis Amado, el miércoles mismo Holanda rechazó de plano esta posibilidad, negativa que se suma a la adelantada por Dinamarca. La UE tiene un mes para superar sus desavenencias.