Con 35 días de vida, el Gobierno catalán atraviesa una gravísima crisis. La noticia de la reunión que el consejero jefe, Josep Lluís Carod-Rovira, mantuvo con ETA, días atrás, inició una serie de acontecimientos que culminaron a última hora de la noche con un enfrentamiento público entre el presidente de la Generalitat catalana y del PSC, Pasqual Maragall y el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, después de que éste instase a Maragall a aceptar la renuncia de Carod a su cargo de consejero jefe.

Aunque no hubo reacción oficial del PSC ante el comunicado del PSOE, éste fue acogido con indignación por los socialistas catalanes. Como motivo principal de esta indignación la que se consideraba como intromisión de Zapatero en el funcionamiento del Gobierno catalán y por otro, el tono empleado en la nota que fue vista como una falta de respeto al PSC.

A lo largo de la jornada, Carod puso su cargo a disposición de Maragall, oferta que éste rechazó. Aunque no se facilitó ninguna explicación oficial sobre la decisión del presidente catalán, fuentes consultadas la vinculan con el complicado juego de equilibrios que hizo posible la formación del Gobierno tripartito y el reconocimiento de los riesgos que comportaría la marcha del consejero jefe.

EJECUTIVA FEDERAL La información sobre el encuentro aparecida en el diario Abc se convirtió en el único tema abordado en la reunión de la ejecutiva federal del PSOE. Desde un primer momento la cúpula socialista exigió la renuncia de Carod y fue al constatar, a última hora, que Maragall no iba a aceptarla, cuando la dirección federal de los socialistas optó por hacer públicas sus exigencias.

Maragall, que hoy efectuará una declaración oficial sobre esta cuestión, rechazó la oferta de Carod, aunque le retiró "las competencias que le fueron otorgadas en el Consejo Ejecutivo de fecha 20 de enero en materia de supervisión de los asuntos exteriores de la Generalitat".

Maragall pidió también a los grupos parlamentarios del PSC, ERC e ICV-EUiA que soliciten la convocatoria urgente de la Diputación permanente del Parlamento catalán para que Carod comparezca en ella.

El diario conservador Abc informó ayer que Carod-Rovira se reunió a finales de diciembre del 2003 con miembros de la cúpula de ETA. El propio consejero jefe confirmó la existencia de esta reunión, aunque no quiso concretar las fechas de su celebración. Tras este reconocimiento, el consejero jefe desmintió la parte de la información según la cual había llegado a un acuerdo con ETA para que ésta no actuara en Cataluña. Según el diario conservador, a cambio de la no actuación de ETA, Esquerra efectuaría "una declaración independentista y cobertura a la izquierda radical vasca".

MANIFIESTO POR LA PAZ Carod compareció en la sede de ERC acompañado de varios de los firmantes, en el año 2002, de un "manifiesto por la paz y la libertad", en el que se abogaba por una vía pacífica y política para acabar con la violencia de ETA.

En su comparecencia, Carod explicó que su reunión tenía como objeto la búsqueda del diálogo y de la paz, aunque reconoció que "siendo consejero jefe, quizá no lo tendría que haber hecho". A lo largo del día, Carod reiteró sus disculpas por las consecuencias negativas que la reunión podría podría acarrear al tripartito e insistió en que no había advertido a Maragall de su reunión por entender que era una cuestión que sólo vinculaba a ERC.