Rodeado del mutismo más absoluto, el líder libio Muammar Gadafi aterrizó ayer en Sevilla para una visita privada de día y medio de la que apenas han trascendido detalles. El lunes comienza su estancia oficial en España con una reunión con el jefe del Gobierno. Después se reunirá con los Reyes y empresarios.

Es la segunda vez que visita España desde que se hizo con el poder en los 70. El vuelo de Gadafi procedente de París llegó ayer tarde a Sevilla. El coronel quería responder en la capital hispalense a una invitación formulada por los miembros de la comunidad islámica, con quienes está en continuo contacto.

Desde el aeropuerto de San Pablo, la delegación árabe se trasladó al Hotel La Boticaria, a 15 kilómetros de la ciudad. Junto a la piscina del hotel se instaló la jaima acondicionada con la que Gadafi suele viajar. Las 80 habitaciones reservadas --por cerca de medio millón de euros-- para el séquito de 300 personas habían sido decoradas al gusto del coronel, y el hotel, blindado a la prensa y los curiosos.

En el mismo hotel tenía prevista una cena con el expresidente José María Aznar y su esposa, la concejala de Madrid Ana Botella, como agradecimiento al que fuera el primer líder occidental que le visitó tras el fin de las sanciones por el atentado aéreo de Lockerbie en 1988. La agenda incluía para hoy una cacería, una visita a la Giralda y una recepción con la Junta Islámica de España y el Sindicato de Obreros del Campo.

Amnistía Internacional (AI) ha solicitado a Zapatero que aborde con su visitante el respeto a los derechos humanos y la supresión de la pena de muerte.