El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, replicó ayer a Esperanza Aguirre que la ciudad necesita el "entendimiento obligado" entre la alcaldía, la presidencia de la comunidad y la del Gobierno central, ya que aspira a organizar los Juegos Olímpicos del 2012, y que nadie "puede permitirse el lujo del desencuentro". Aunque dijo comprender la dureza de las acusaciones que hizo la presidenta de la Comunidad contra José Luis Rodríguez Zapatero, el alcalde recordó que la oposición se ejerce "en sede parlamentaria".

El desencuentro entre ambos se escenificó el pasado lunes. En la recepción que ofreció Aguirre para celebrar el día de la Comunidad de Madrid, Gallardón posó junto a ella con cara de circunstancias y se marchó a los pocos minutos. El día anterior, el número dos de Aguirre, Ignacio González, había acusado al alcalde de "dejarse manipular" por el Gobierno de Zapatero.

SE SINTIO "TRISTE" Gallardón dijo que el pasado lunes se sintió "más triste que incómodo" y que fue un error no realizar declaraciones a la prensa. "Pensé que callándome nadie pensaría que había una distancia, pero me equivoqué", admitió. Aunque explicó que mantuvo una conversación "en términos de absoluta franqueza y coincidencia" con Mariano Rajoy, ayer no desveló su contenido. El presidente del PP tampoco quiso pronunciarse sobre la polémica y se limitó a repetir que Zapatero "discrimina a Madrid".

Gallardón insistió mucho en que toda su acción política "está encaminada a que Rajoy sea presidente", cuyo discurso definió como "duro y exigente, pero moderado". También negó que en el seno del PP haya dos formas de hacer política: "Sólo hay una y es la que marca Rajoy". Lo que recordó es que el lugar en el que debe ejercerse la oposición al Gobierno es "el Congreso y el Senado" y, aunque las críticas del PP sean duras, aseguró que no pueden ser "un obstáculo para que las Administraciones practiquen políticas de encuentro".

REUNIONES CON EL GOBIERNO Después de la polémica del pasado 2 de mayo, la presidenta instó el miércoles a Gallardón a no dejarse "instrumentalizar de nuevo", en referencia a la reunión que mantuvo con la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, y en la que Aguirre no participó. Sin embargo, Gallardón dejó ayer claro que continuará reuniéndose con el Gobierno, porque su "obligación es sacar adelante el proyecto político para el que le votaron los madrileños", aunque prometió hacer lo posible para que ella participe. Horas más tarde, Aguirre aseguró estar de acuerdo en todo con el alcalde.