La reaparición de ETA con un coche bomba en un polígono industrial de Avila, tras casi dos meses de silencio, recrudeció ayer el debate político sobre el fin de la violencia terrorista. Mientras arreciaban los ataques del PP, el Gobierno y el PSOE lanzaron ayer dos mensajes: la convicción de que ETA está abocada a desaparecer y la sospecha de que el atentado sin víctimas del sábado responde a la voluntad de la banda de demostrar que conserva capacidad operativa, para acallar así los intensos rumores de una inminente tregua.

Tras una conversación telefónica con José Luis Rodríguez Zapatero, el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, reprodujo ayer la advertencia formulada hace unos días por el presidente del Gobierno, pero la aderezó con una gotas de optimismo: "El fin de ETA será un proceso largo, difícil y duro, pero los españoles tienen que tener la confianza de que ese fin se va a producir".

EL PAPEL DE OTEGI Fuentes oficiales admitieron ayer su perplejidad ante una acción que no concuerda con los datos que tiene el Gobierno, que apuntan a que ETA ya ha decidido dejar las armas pero debate cómo escenificar su abandono sin que se interprete como una capitulación. Solamente apuntaron que el atentado contra un desierto polígono industrial abulense podría ser la respuesta de ETA al excesivo ruido mediático en torno a una próxima tregua.

Las fuentes consultadas apuntaron, además, que la explosión es una mala noticia para el líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, que promueve el fin de ETA para que la izquierda aberzale participe activamente en la resolución del conflicto vasco. Atentados como el del pasado sábado debilitan a Otegi, a juicio del Ejecutivo.

Además de condenar el atentado y admitir que ETA conserva capacidad operativa pese a la presión policial, Rubalcaba tachó ayer al Partido Popular de "rencoroso" y "tremendista" por buscar "rédito partidista" del terrorismo al culpar del atentado al Ejecutivo, y no a los etarras. "Cuando hay un atentado critica más al Gobierno que a la banda, lo que es una gravísima irresponsabilidad", denunció.

LA ACUSACION DE ZAPLANA Rubalcaba respondía así al portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, quien a la misma hora acusaba al Gobierno socialista de dar un "balón de oxígeno" a ETA al abrir la puerta a una futura negociación.