El Gobierno español rechazará en el Consejo de Seguridad de la ONU cualquier solución al conflicto del Sáhara que no cuente con el visto bueno del Frente Polisario, según ha asegurado a este diario un alto cargo de Exteriores. Hoy, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, presentará formalmente la nueva propuesta de arreglo, consistente en una autonomía de cinco años para el Sáhara a la que seguirá una consulta de autodeterminación.

NEUTRALIDAD

España, según el citado diplomático, mantendrá en el Consejo de Seguridad la posición de "neutralidad constructiva" que han seguido todos los gobiernos de la democracia ante el contencioso de esta excolonia española. Dicha posición se basa en dos puntos, según señaló la misma fuente: respaldar los esfuerzos del secretario general de Naciones Unidas en la búsqueda de una solución, y apoyar esa salida, sólo si cuenta con el acuerdo de las partes implicadas: Marruecos y el Frente Polisario.

La nueva propuesta, presentada en enero pasado por el enviado especial de la ONU, James Baker, no ha sido rechazada de plano por ninguna de las dos partes. Pero ambas han planteado numerosas objeciones, sobre todo en lo que atañe a la contabilización de las personas que tendrían derecho a voto en el referendo que se celebraría en el 2008.

El alto cargo de Exteriores sostiene que el desacuerdo aún es significativo y prevé que el Consejo de Seguridad decidirá en su sesión de hoy prorrogar al menos una semana más la misión de la ONU en el Sáhara para intentar limar las asperezas.

Fuentes gubernamentales señalaron que España, cuyo único deseo es "quitarse el muerto de encima", mantendrá durante esa semana de contactos una posición de equidistancia y se limitará a predicar el consenso.

PULSO

El Ejecutivo dejará que el pulso de persuasión lo libren los abogados del Polisario --Rusia y Argelia-- y el frente promarroquí, compuesto por EEUU y Francia.