El Gobierno agota los plazos y la imaginación para dar luz verde oficial al diálogo con ETA. A primera hora de hoy, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reunirá por separado con los portavoces parlamentarios para informarles de la marcha del alto el fuego terrorista. El primero en la lista es Eduardo Zaplana. Ese encuentro es la última baza del Ejecutivo para tratar de "atraer al PP al consenso" antiterrorista, según fuentes próximas al presidente.

Si el acuerdo sobre el fondo --el diálogo en sí-- se presenta improbable, el Ejecutivo intentará al menos consensuar la fórmula con la que Zapatero cumpla su palabra de informar al Congreso en junio del inicio de los contactos. Ese compromiso del presidente caduca mañana, con el mes. Rubalcaba recabará esta mañana el parecer de los portavoces sobre si debe mantenerlo --es decir, comunicar el diálogo hoy mismo--, postergarlo a julio o simplemente obviarlo.

Los portavoces intentarán convencer al Gobierno de que sus posiciones son sobradamente conocidas, por lo que ese anuncio resulta innecesario. Esa es también la opinión del PP, que siempre ha recelado de ese anuncio que les obligaría a reiterar su oposición frontal a la apertura de una negociación con ETA.

La Moncloa mantuvo ayer el mutismo con el que acostumbra a tratar esta cuestión. "Solo lo sabe el presidente", insisten todos los consultados. El propio Zapatero pidió ayer "calma" ante la insistencia de los periodistas por saber cuándo se producirá el anuncio. Anoche, Zapatero mantenía su palabra de informar a las Cortes, sostuvieron fuentes del Gobierno, que añadieron que solo en aras del consenso con el PP podría renunciar a hacerlo. "El presidente ha hecho lo posible y lo imposible por tener al PP a su lado", aseguran fuentes del Gobierno.

El reglamento del Congreso faculta al jefe del Gobierno a intervenir en cualquier momento de un pleno sin solicitarlo formalmente. Por lo tanto, podría aprovechar el orden del día de hoy.

Las expectativas que ha creado Zapatero en torno a la fecha y la forma de ese anuncio congregaron ayer en el Congreso a muchos periodistas y a varias víctimas del terrorismo. El PP volvió a invitar ayer a José Alcaraz y otros miembros de la AVT para que siguieran la sesión de control desde la tribuna de invitados, por si ése era el momento elegido por el presidente para anunciar las conversaciones con los terroristas.

Ni siquiera la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se aventuró a concretar nada. "Es un asunto que lleva personalmente el presidente", zanjó. Algunas fuentes de la Moncloa introdujeron la posibilidad de que la anhelada comparecencia se posponga a julio, una vez que Zapatero regrese de su viaje a India y visite al Papa en Valencia.

"El presidente quiere tenerlo todo bien atado antes de comparecer", adujeron esas fuentes, que reconocieron que a media tarde de ayer aún no estaban rematados todos los flecos. El comentario desató nuevas especulaciones sobre la posibilidad de un encuentro entre Zapatero y Rajoy, abonadas por la excusa del presidente para faltar a un acto festivo en el Parlamento: "Esta noche tengo una cita en la Moncloa". El presidente también se comprometió a hablar con el líder del PP antes de acudir al Congreso. Fuentes del PP rechazaron confirmar o desmentir que esa cita fuera a producirse. El pleno de control de ayer --el último de este periodo de sesiones-- fue inusualmente tranquilo con un Rajoy moderado.