El Gobierno vasco lamentó ayer la muerte del preso de ETA Igor Angulo, que se suicidó en la cárcel de Cuenca, y confesó sentirse en "la obligación" de denunciar la política penitenciaria porque "incumple los derechos más básicos" de los reclusos. No obstante, la portavoz del Ejecutivo, Miren Azkarate, precisó que el Gabinete de Ibarretxe "no responsabiliza" del fallecimiento a la política del PSOE. Azkarate censuró la actitud de Andrés Portero, de la asociación de víctimas Dignidad y Justicia, que el lunes intentó brindar con sidra por la muerte de Angulo. "No es de recibo", dijo, celebrar la muerte de otra persona. A. G.