El secretario general de los socialistas extremeños, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se quejó ayer en la comisión ejecutiva de que algunos cargos importantes se estén dando a personas sin carnet del partido. Se refería no solo a Alonso, sino a María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes. Zapatero replicó que la condición de juez de Alonso le impide militar en un partido, pero dijo que el ministro es una persona "comprometida" y "de izquierdas". Ibarra reculó y los cargos se aprobaron por unanimidad.

Ello no oculta, sin embargo, la existencia de cierto malestar por el protagonismo que Zapatero da a personas no militantes del PSOE.

Por otra parte, los portavoces salientes del Congreso, Diego López Garrido, y el Senado, Joan Lerma, recibieron tratamientos muy diferentes. Zapatero mantuvo una larga reunión con el primero y le ofreció un destino relevante. Algunas fuentes apuntan a un ministerio. A Lerma, en cambio, lo recibió José Blanco, quien le ofreció un cargo, pero menor.