Al estallar la trama de corrupción vinculada al PP, Mariano Rajoy levantó una muralla para protegerse de la deflagración. El 9 de febrero, el líder conservador se aprestó a aclarar que en el 2004, tan pronto como tomó las riendas del partido, cortó relaciones con Francisco Correa, ahora imputado como cabecilla de la trama, al sospechar de sus métodos. Trataba Rajoy de desvincularse del escándalo, por mucho que autonomías y ayuntamientos gobernados por su partido hayan seguido contratando a Correa. Pero el dique de contención de Rajoy se empieza a resquebrajar: el PP continuó trabajando con Pasadena Viajes, una de las firmas de Correa, al menos hasta el 2005, según la documentación que obra en poder de este diario.

Junto a la ofensiva contra el juez Baltasar Garzón y el Gobierno socialista, la defensa de Rajoy se ha basado en garantizar que su equipo nada tiene que ver con la trama de corrupción investigada. "Nosotros decidimos que no hubiera más contrataciones con esta empresa, que en épocas anteriores al 2004 se habían ido reduciendo ..., porque fuimos conocedores de que algunas personas utilizaban el nombre del PP, incluso el de la dirección nacional, ante ayuntamientos del noroeste de Madrid", declaró la semana pasada.

El pasado lunes, en Antena 3, fue más explícito: "En el 2004, el tesorero me dijo que estas personas estaban usando indebidamente el nombre del partido, propuso que no se les contratara más y yo acepté su petición". El entonces tesorero, Alvaro Lapuerta, se hacía eco de las denuncias de algunos ediles madrileños del PP, que después motivaron la apertura de la causa que instruye Garzón.

BAJO LA PRESIDENCIA DE RAJOY Pero el relato cronológico del presidente del PP no se ajusta con exactitud a la realidad, a juzgar por las facturas que un año más tarde Pasadena Viajes remitió a los medios de comunicación que siguieron a Rajoy durante la campaña del referendo sobre la Constitución europea y la precampaña de las elecciones vascas, ambas en el 2005. Rajoy había asumido la presidencia del partido en el congreso de octubre del 2004 en Madrid.

Los grandes partidos contratan con agencias de viajes la organización de la caravana que seguirá al líder en campaña. En la del a la Constitución europea, en febrero del 2005, el PP escogió a la firma de Correa.

Algo parecido sucedió en la precampaña de los comicios vascas del 2005. El PP organizó en Vitoria la 11 reunión de su Unión Intermunicipal. Como Rajoy la clausuraba el 15 de marzo, el PP encargó a Pasadena Viajes la gestión de la estancia en el Hotel Palacio Elorriaga de los periodistas que asistiesen. La factura por una habitación individual fue de 235 euros. La tarifa que ayer ofrecía el hotel era más económica: 85 euros.