Al juez Fernando Grande-Marlaska se le ha echado el tiempo encima. El próximo 26 de mayo se cumplen cinco años del accidente del Yak-42, en el que perdieron la vida 62 militares en Turquía. Por ello, ha decidido que el Tribunal Supremo decida si imputa o no al exministro de Defensa Federico Trillo, como quieren los familiares de los fallecidos, personados como acusaciones particulares.

El juez quiere evitar que Trillo se quede fuera del proceso si se aplica la doctrina del Tribunal Constitucional, que impide imputar a una persona cuando se ha alcanzado el plazo de prescripción. Las acusaciones pidieron al juez que se le imputara por imprudencia con resultado de muerte, malversación de caudales públicos y falsedad documental.