El anestesista Juan Maeso, acusado del contagio masivo de hepatitis C a 276 pacientes en varios hospitales de Valencia, pidió hoy la absolución de los delitos que se le imputan y aseguró que si pudiera hablar "uno a uno" con todos los afectados, les convencería de su inocencia.Maeso intervino hoy en la última sesión del juicio contra él, que se inició el 12 de septiembre de 2005 en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, y que ha quedado visto para sentencia tras más de 17 meses de duración.El acusado afirmó que ha sido "médico vocacional" y que en los años que ha trabajado como anestesista sólo se ha preocupado de los enfermos, por lo que pidió al tribunal que le devuelvan el pasaporte para seguir manteniendo su "estrecha relación" con la medicina, aunque sea en otro país si España le "desecha".Lamentó los "insultos, vejaciones e intimidaciones" que ha tenido que soportar durante el juicio y defendió su "inocencia" de las acusaciones formales que se han lanzado contra él durante el proceso judicial porque, según dijo, "ni he sido drogadicto, ni lo soy, ni lo seré".Maeso aseguró que le duele la opinión que los afectados puedan tener de él y consideró que eso es "producto de la sociedad moderna, de cómo se transmiten las cosas y se llega a conclusiones a través de falsas informaciones", al tiempo que criticó la falta de apoyo de algunas aseguradoras.Indicó que se siente "totalmente indefenso" en ese aspecto y destacó que su abogado, Francisco Davó, ha hecho "todo lo que ha podido" y que no ha podido hacer más porque ha faltado apoyo y atención por parte de determinadas aseguradoras a los que, en su opinión, "tenía derecho".Juan Maeso consideró que las acusaciones contra él no han quedado demostradas, por lo que pidió al tribunal que le absuelva y que le devuelva el pasaporte para poder seguir manteniendo su "estrecha relación con la medicina", aunque sea en otro país.Tras la sesión, Maeso, quien trató de evitar a la prensa sin lograrlo, afirmó que se encuentra bien e insistió en que las acusaciones contra él "son falsas", como también dijo su abogado, quien rechazó hacer más declaraciones.Antes de Maeso intervino el letrado de la Generalitat, quien expuso sus conclusiones y rechazó la responsabilidad civil subsidiaria de la Administración, porque los daños ocasionados en clínicas privadas "no son consecuencia directa del funcionamiento del servicio público".Indicó que no discute la posible responsabilidad de la Conselleria de Sanidad en relación con los afectados que fueron intervenidos en el hospital La Fe, que cifró en 43, pero indicó que el resto se operaron en centros privados, en los que Maeso no ejercía una función pública.Asimismo, señaló que quienes solicitan atención en este tipo de centros saben que reciben asistencia privada y consideró que tanto las aseguradoras, como los seguros de asistencia sanitaria, no deben quedar eximidos de su responsabilidad en caso de que Maeso sea condenado.El abogado, quien intervino durante más de dos horas, defendió que en ningún caso se ha acreditado que los órganos de decisión de la Conselleria de Sanidad "tuvieran conocimiento de la posible adicción a los estupefacientes de Maeso", y "ni siquiera habían oído el rumor o tenían sospechas".Además, destacó que no existe ninguna prueba médica, "ya sea documental, testifical o pericial, que pueda probar que existe adicción o consumo de estupefacientes", y manifestó que quienes dicen conocer esos rumores son "un grupo de enfermeras que tuvo problemas" con el anestesista.Por su parte, las defensas de Mutua Valenciana de Levante, DKV, Sanitas y Adeslas coincidieron en pedir la absolución de sus representados y trasladaron la responsabilidad a la Generalitat porque, según dijo uno de los letrados, "ha fallado la cadena de control del sistema sanitario".Algunos, además, pidieron la absolución de Maeso por la "evidente ausencia de elementos suficientes y objetivos para atribuir los diferentes hechos objeto de imputación al procesado".