El presidente catalán, Pasqual Maragall, aprovechó ayer la primera reunión de su Gobierno tras las vacaciones para dar un tirón de orejas a sus consejeros. Maragall exigió a los miembros de su Gabinete que dejaran de hacer declaraciones especulando sobre un posible adelanto electoral. Lo hizo después de leerles el artículo del Estatuto en el que se señala que es el presidente de la Generalitat el único que tiene competencias para disolver el Parlamento autonómico y convocar elecciones.

El presidente de la Generalitat anunció también que piensa realizar una serie de reuniones bilaterales con los líderes de los cinco grupos parlamentarios, una vez que se haya conocido el dictamen del Consejo Consultivo sobre la posible inconstitucionalidad de algunos artículos. Maragall ha enviado ya las convocatorias a los cinco destinatarios: Artur Mas (CiU), Manuela de Madre (PSC-CC), Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), Josep Piqué (PP) y Joan Saura (ICV-EUiA).

Maragall expuso su punto de vista acerca de la situación en que se encuentran las negociaciones sobre el Estatuto catalán. Según explicó el consejero primero, Josep Bargalló, los miembros del Gobierno coincidieron en expresar la "voluntad" de que el nuevo texto se apruebe el próximo mes de septiembre en el Parlamento autonómico.

Bargalló afirmó que los consejeros han cifrado en un 95% los puntos del Estatuto sobre los que hay acuerdo entre todos los grupos, salvo el PP.