Rabat ha intensificado el cerco a la prensa. Ignorando las negociaciones con el Gobierno español y de acuerdo con las consignas contra la prensa lanzadas en la manifestación del domingo en Casablanca, el Gobierno marroquí emitió el día 22 una circular en la que veta el ingreso de periodistas españoles y de otros países europeos en todo el país, y promueve la expulsión de los informadores que no residan en el mismo.

En las últimas 48 horas, tres corresponsales españoles acreditados en Marruecos han sido interrogados en las comisarías de los aeropuertos de Tánger y Casablanca. La circular del Ministerio de Interior marroquí exige a los agentes de todos los puestos fronterizos expulsar a la prensa extranjera si no está autorizada. "Hasta que no os calméis con lo de El Aaiún, aplicaremos esta política. Es una decisión de arriba", señaló un agente de la comisaría de Tánger a esta periodista, retenida durante dos horas, hasta que se comprobó que su residencia está en Marruecos.

Con otros periodistas se procedió a la expulsión fulminante. El vallisoletano Guillermo Sanz viajó el lunes 22 de noviembre a Marraquech para unas vacaciones con un grupo de amigos, pero fue deportado por ser un "potencial enemigo".

LIBRE ACCESO La Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) consideró ayer la circular como "un grave gesto de discriminación". La FAPE insistió al Gobierno español que informe de las gestiones que se comprometió a realizar con Rabat para el libre acceso de periodistas en el Sáhara, como prometió la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, el jueves en un encuentro con la misma FAPE.

La tensión en Marruecos es creciente. Ayer mismo, en Smara, a 130 kilómetros de El Aaiún, las autoridades ordenaron a un grupo de colonos marroquís que atacaran a estudiantes saharauis. Según fuentes saharauis, 21 estudiantes resultaron heridos y están hospitalizados.