El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, afirmó ayer que la gestión realizada el lunes por el titular de Defensa, José Bono, para interesarse ante la presidenta filipina, Gloria Macapagal, por el español condenado a muerte Francisco Larrañaga se hizo en "plena coordinación", tanto entre los dos ministerios como entre los dos miembros del Gobierno.

Moratinos hizo esta afirmación después de que el lunes Bono informara a la familia de Larrañaga, condenado a muerte en Filipinas en relación con dos asesinatos, de que la presidenta filipina le había prometido que el reo no será ejecutado mientras ella siga al frente del país.

En realidad, la promesa ya había sido trasladada por el Gobierno filipino a Moratinos en septiembre. Exteriores llamó el lunes a la familia de Larrañaga para aclararle que nada había cambiado en la situación del reo, que lleva ocho años en la cárcel y defiende su inocencia.

Pese a que Moratinos elogió la intercesión de Bono, también dejó claro que ya existían gestiones por parte del Ejecutivo español, y que las efectuadas por el titular de Defensa "se añaden los esfuerzos que viene haciendo España favor de Larrañaga".

Gustavo de Arístegui, diputado del PP, criticó la "muy mala imagen" que, aseguró, dieron Moratinos y Bono por "intentar colgarse medallas" en la defensa del joven, de 27 años.