La inmobiliaria Aifos, la principal constructora implicada en el caso Malaya contra la corrupción municipal en Marbella, llevó al extremo la práctica de obsequiar por Navidad. La policía ha detectado envíos de regalos millonarios a funcionarios públicos con la finalidad de "agilizar y favorecer sus intereses empresariales".

La existencia de estos regalos de forma "sistemática y continuada" en el tiempo ha llevado a la fiscalía y al juez instructor a abrir una investigación separada del caso Malaya por un supuesto delito de cohecho. La última parte conocida del sumario, tras levantarse el sigilo judicial, ha puesto al descubierto que la constructora --una de las principales de Málaga--, al margen del dinero abonado al exasesor de Urbanismo Juan Antonio Roca por varios convenios urbanísticos, se esforzó de suma manera con otras personas que podrían ayudar a sus intereses en diversas provincias. En los archivos requisados por la policía se hallaron instrucciones a los empleados de confianza de la empresa para realizar obsequios con objeto de agilizar las licencias de obras. Unos regalos que podían ser desde un jamón de 200 euros y embutido ibérico a carísimas botellas de champán francés, bolsas de viaje de marca (valoradas en más de 600 euros) o estancias gratuitas en el Hotel Guadalpín, en el que además eran agasajados con tratamientos de belleza y masajes, según la entidad del personaje.

Entre los destinatarios de semejantes dádivas se encontraban varios alcaldes de la Costa del Sol y el Levante andaluz, notarios de Málaga, Almería, Granada y Madrid; jueces de Málaga, registradores de la propiedad e incluso abogados del Estado, funcionarios de al menos cuatro ayuntamientos y algunos cargos del Gobierno central y regional.

El informe policial señala que estos actos, "en la medida que involucran a autoridades y funcionarios, atentan contra el principio ético".