Con tanto caso Gürtel, la trama de espionaje presuntamente vinculada al Gobierno de Esperanza Aguirre había quedado en segundo plano. No obstante, el hecho de que el Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid haya llamado a declarar hoy, como imputados, a tres asesores del consejero de Interior madrileño, Francisco Granados, ha reavivado la guerra entre los equipos de Aguirre y del alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón. Ayer mismo, el vicealcalde, Manuel Cobo (uno de los supuestos espiados, junto al exconsejero Alfredo Prada) retó a Granados a que diga "todo lo que va diciendo que sabe" sobre el asunto del espionaje, habida cuenta de que son sus colaboradores los principales sospechosos. ¿Qué es lo que supuestamente va diciendo Granados? A ciencia cierta, solo él lo sabe. Y también Cobo, según parece. El caso es que se ha extendido la teoría de que, efectivamente, pudo haber espionaje dirigido desde el Ejecutivo madrileño, pero no precisamente desde el área de Interior.

Será la jueza Carmen Valcarce la que intentará desenredar esta madeja. Para lograrlo cuenta con datos de la compañía telefónica sobre el lugar desde el que emitieron señal, en mayo, los móviles de los ya imputados José Luis Caro, José Oreja y Antonio Coronado. Dichos datos han sido cotejados con las agendas de los hipotéticamente espiados. Y coinciden.