La polémica por el viaje del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, a Israel y Palestina, derivada de los problemas protocolarios de banderas y de la controvertida foto del president y Josep Lluís Carod-Rovira con la corona de espinas, está ya en el Parlamento catalán. Y no ha llegado sólo de la mano de CiU y PP, los grupos de la oposición. También ICV, socio del tripartito, preguntará mañana a Maragall sobre la cuestión.

CiU y PP presentaron sendas peticiones para que el tripartito dé explicaciones en la comisión parlamentaria de Organización y Administración de la Generalitat. Los nacionalistas lamentan el "ridículo internacional" y aseguran que la situación de "descrédito", generada por "espectáculos dantescos" como los del viaje a Israel y Palestina, ha llegado a "niveles inaceptables". Artur Mas advirtió de que CiU no asistirá "impasible" a la "degradación del prestigio de Cataluña" y, por tanto, subrayará su papel de alternativa.

Pese a creer que hay "muchos motivos" para presentar una moción de censura, anunció que, "por responsabilidad", la descarta, dado que "alteraría de forma gravísima" el debate sobre el Estatuto y la financiación.

Joan Boada, portavoz parlamentario de ICV-EUiA, avanzó que su grupo reclamará que los miembros del tripartito "actúen con sentido de Estado, desde la mañana hasta la noche, y estén aquí o allá".

El consejero primero, Josep Bargalló, declaró que el Ejecutivo, que ayer evitó hacer autocrítica, considera "un éxito internacional" el viaje, y dio por zanjada la polémica. ERC, que se esfuerza en dar carpetazo a la polémica, lamentó las reacciones "desmedidas" de sectores próximos al PP y los "más reaccionarios de la Iglesia". Joan Ridao, portavoz republicano, exculpó a Carod de cualquier responsabilidad en la foto de la corona de espinas porque, dijo, fue Maragall quien "propició" este "gesto espontáneo".