Claro que Zapatero ha tenido éxitos. La elección de Obama en noviembre demostró que su política exterior tenía sentido. Su europeísmo ha resultado más sensato que el nacionalismo de Aznar. E incluso la vaporosa Alianza de Civilizaciones ayuda a que España sea un país apreciado, como acredita su presencia en el G-20. Y en la próxima cita de la Alianza, en Turquía, puede estar Barack Obama. Y ha normalizado, abandonando el orgullo, las complejas relaciones con Marruecos. Y en política interior. El principal mérito, apostar por el Estado del bienestar y saber que la cohesión social es un gran activo económico. Pero el balance del primer año de esta legislatura no es bueno. Lo sabe y por eso no ha celebrado el 9-M del 2008.

El gran pecado ha sido el exceso de confianza. El primero y principal fue no admitir que el resultado electoral era muy ajustado --3,9 puntos de diferencia frente a 5 en el 2004-- y que al PSOE le faltaban 7 escaños para la mayoría absoluta. Había que lograr como fuera un pacto de legislatura, como Aznar supo hacer con Pujol (y Arzalluz) en 1996. Pero el exceso de confianza es mal consejero y Zapatero cree demasiado en su estrella.

Quizás pensó que una mayoría con los nacionalistas (la viable) no sería comprendida en España. Los nacionalistas (CiU, ERC, PNV, ¿PSC?) son difíciles y en España (sin Cataluña y Euskadi) había ganado el PP. Sin embargo, no había otra alternativa y, como decía Campalans, política es pedagogía. Pero optó por navegar solo esperando que no habría marejada. Y llegó el temporal con la crisis bancaria de agosto del 2007. Hasta septiembre del 2008 (quiebra de Lehman Brothers) los gobiernos europeos creyeron que, por su propio interés, Norteamérica la despejaría. El Banco Central Europeo --se presume más culto en economía que Zapatero--, todavía subía tipos de interés... ¡¡¡ en julio pasado!!! Pero el presidente se creyó que los éxitos del boom eran suyos y lanzo mensajes triunfalistas. Dijo que se podía llegar al pleno empleo y que su peor cifra de paro nunca sería peor que la mejor del PP. ¡Qué inmenso error, Dios mío! ¡Qué tontería! Y negar hasta el verano la crisis, y creer que España se entretendría con Bibiana Aído degrada cualquier imagen.

En Galicia ha sonado el odiado zumbido del despertador. Bush no sacó a América de la crisis. Y Obama tardará... si lo logra. Ha perdido credibilidad, su equipo económico todavía más, no tiene mayoría estable y malbarata la precaria con el PNV. Pero tiene buenos principios, intuición para sintonizar y gancho. Y la alternativa no está madura (aunque Rajoy mejora). Necesita rebobinar y rectificar. Rápido, con inteligencia y sin exceso de confianza. En caso contrario...