El dimisionario presidente del PNV, Josu Jon Imaz, ha mantenido una conversación con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para tranquilizarle sobre la posible deriva del partido vasco sin su presencia. Cuando Imaz anunció su renuncia, varias voces alertaron sobre el peligro de que se acabase el frente común mantenido entre el PNV y el Gobierno durante el proceso de paz y tras su ruptura. Sin embargo, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, reveló ayer que Imaz había apaciguado a Zapatero sobre este aspecto.

De la Vega aseguró que tras la conversación entre ambos el Ejecutivo no teme que el PNV cambie su posición en la lucha contra ETA. "El PNV es una formación democrática y como tal contraria al uso de la violencia", señaló. La vicepresidenta añadió que las relaciones entre el Gobierno español y el vasco "van a continuar con los mismos niveles de fluidez, interlocución y de confianza que hasta ahora".

El Gobierno necesita el apoyo del PNV para sacar adelante los presupuestos y el Ejecutivo vasco requiere del apoyo del PSOE para aprobar los suyos. De la Vega no quiso pronunciarse sobre el debate interno del PNV, al contrario que el líder del PP, Mariano Rajoy, que ayer criticó que la principal fuerza política vasca mantenga "el mismo discurso que hace 30 años" . El presidente del PP opinó que plantear la separación de España es "volver a la edad media" y culpó al Gobierno de la salida de Imaz. El líder del PP aseguró que Zapatero "ha dado alas a los nacionalistas radicales", lo que, según él, provoca que "los moderados" como Imaz "pierdan".

NEGOCIACION ABIERTA Por su parte, el expresidente del PNV Xabier Arzalluz irrumpió ayer en la crisis interna del PNV, para postular otra vez --ya lo hizo en 2004-- la figura de Joseba Egibar como nuevo líder en lugar de Josu Jon Imaz. "Es el mejor", sentenció durante una tertulia radiofónica en la que deliberadamente ignoró que el actual portavoz de la ejecutiva, Iñigo Urkullu, es señalado como posible candidato de consenso.

Arzalluz admitió que dirigentes de los distintos sectores, el soberanista de Egibar y el pactista de Imaz, negocian la composición de la nueva ejecutiva en su integridad, esto es, la presidencia y los ocho miembros de elección directa, pero aun así, defendió que sea su delfín Egibar quien ocupe la cabeza.

Arzalluz explicó la salida de Imaz por su "desacuerdo" con la ponencia política que fija la estrategia para los próximos años y que contempla la consulta defendida por Juan José Ibarretxe. Con esta afirmación cuestionó que el texto fuera pactado por unanimidad tal y como aseguró la dirección del PNV. También censuró el método elegido por Imaz para desvelar su propósito. "Ha sido feo", señaló.