La crisis económica empieza a hacer mella en el Gobierno socialista. El PP parte hacia las elecciones del Parlamento Europeo del 7 de junio con cuatro puntos de ventaja sobre el PSOE, según la estimación de voto de la encuesta elaborada para los periódicos de Grupo Zeta por el Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP). Todos los indicadores muestran un estancamiento de los socialistas, mientras que el PP y su líder, Mariano Rajoy, mejoran sus posiciones con respecto a sondeos precedentes, lo que confirma las perspectivas que se abrieron en marzo con la victoria en Galicia.

El porcentaje de voto estimado para el PP en la encuesta es del 43%, lo que le proporcionaría 23 de los 50 eurodiputados que elegirán los españoles. El PSOE, con el 39% de los votos, quedaría en segundo lugar y obtendría 21 diputados. En la legislatura europea que ahora termina, España disponía de un total de 54 eurodiputados (pierde, por tanto, cuatro), de los que 24 eran del PP y 25 del PSOE.

UPD ENTRA IU-ICV, con el 4,7% (seis décimas más que en el 2004) conservaría sus dos eurodiputados si en el 7-J se cumple lo previsto por la encuesta, mientras que Coalición por Europa (integrada, entre otras formaciones, por CiU, PNV y CC) obtendría otros dos escaños, con el 4,2%. Europa de los Pueblos (formada por ERC, Aralar y BNG) se quedaría con un representante y UPD irrumpiría por primera vez en el Parlamento Europeo, también con un escaño.

Cuando los encuestadores preguntaron que, al margen de sus preferencias, dijeran qué partido creen que ganará las elecciones, la diferencia a favor del PP fue todavía mayor que la que se da en las expectativas de voto: 7,5 puntos. La opinión mayoritariamente convencida de que ganarán los conservadores se da en todos los segmentos de encuestados, a excepción de los votantes del PSOE, ERC, PNV e IU-ICV, por este orden.

Por otra parte, casi siete de cada 10 encuestados consideran que las elecciones europeas son muy o bastante importantes, frente a algo menos de tres de cada 10, que las califican de poco o nada importantes. Consecuentemente con esa teórica importancia que atribuyen los encuestados a los próximos comicios europeos, más de la mitad asegura que irá a votar y casi la cuarta parte dice que probablemente votará. Uno de cada 10 advierte de que probablemente no votará y siete de cada 100 asegura que no irá a votar.

Sin embargo, es lícito poner en cuarentena ese elevado índice de encuestados que afirman que es seguro o probable que vayan a votar: en las elecciones europeas del 13 de junio del 2004, la abstención en el conjunto de España fue del 54%. La estimación que hace la encuesta es que la participación será de alrededor del 40% del electorado. Es decir, que la abstención rondará el 60%, mayor que hace cinco años.

El comportamiento de los españoles en el 2004 fue similar al del resto de los europeos. La abstención en la UE de los 15 fue del 52,3% y en la UE de los 25 subió al 55,8%, porque el índice de abstencionismo en los 10 nuevos miembros de la Unión Europea alcanzó el 71,3%.

El desconocimiento que los encuestados muestran sobre los cabezas de lista que se presentan a las europeas es notable: en una respuesta espontánea (es decir, sin que los encuestadores citen ningún nombre), solo el popular Jaime Mayor Oreja alcanza cierta notoriedad, al ser nombrado por tres de cada 10 encuestados. Le sigue el socialista Juan Fernando López Aguilar, con 12 citas de cada 100 respuestas. Todos los demás son unos perfectos desconocidos para los ciudadanos. Cuando se sugirieron los nombres, la cosa cambió. A Mayor Oreja afirman conocerle casi la totalidad de los encuestados, mientras que la popularidad de López Aguilar es de 7 de cada 10. A Willy Meyer, candidato de IU, le conoce tan solo la cuarta parte de los sondeados. Los demás son grandes desconocidos.

Por lo que respecta a la evaluación que reciben los candidatos, el que saca mejor nota (5,8 puntos) es el representante del PSOE, López Aguilar, seguido del cabeza de lista del PP (con 5,3 puntos). Los demás quedan todos por debajo del aprobado.