Mariano Rajoy mantiene su intención de reunirse con José Luis Rodríguez Zapatero, pero también ha decidido endurecer la crítica a los socialistas. ¿Por qué? Porque se siente insultado y porque cree que, subiendo el tono, será más fácil defenderse de los que le acusan de sembrar desconfianza y sacar rédito político a la crisis económica. Su estrategia pasa por insistir en que él ofrece ayuda, pero que es marginado por el PSOE. Los populares avisan de que quieren hablar de coyuntura financiera y de reformas estructurales. Auguran crisis social y tildan de "minidemócrata" al socialista José Blanco por quejarse de sus críticas.