Satisfecho por la manifestación del sábado, Mariano Rajoy volverá a salir a la calle el próximo sábado, esta vez en Pamplona. Convocados por el Gobierno de la autonomía foral, los conservadores de UPN (marca electoral del PP) llaman a protestar contra la anexión de Navarra al País Vasco, que consideran inminente. Será el colofón a una semana en la que el PP someterá al Gobierno a una ofensiva parlamentaria para mantener la tensión social que alimenta desde que el etarra Iñaki de Juana Chaos fue trasladado a Euskadi.

Esta mañana comparece el ministro del Interior en el Congreso. Alfredo Pérez Rubalcaba es la mejor baza del Gobierno para desactivar la estrategia del PP. A él confían los socialistas la labor pedagógica de convencer a los ciudadanos de la "hipocresía" del PP que, denuncian, rechaza en la calle las medidas penitenciarias que aplicó cuando gobernaba a los presos de ETA.

MUY DOCUMENTADO El ministro llevará una exhaustiva información sobre los beneficios penitenciarios otorgados a los etarras por los gobiernos de José María Aznar, para situar el traslado de De Juana en la "normalidad" de la política antiterrorista. El expresidente Felipe González achacó ayer "errores" a este Gobierno, aunque aseguró que no son tan graves como los cometidos por otros ejecutivos. En las antípodas, Aznar declaró a The Wall Street Journal que la medida adoptada por Zapatero es un "acto de cobardía" equiparable a la retirada de las tropas de Irak.

Horas después de la comparecencia del ministro, el PP volverá a quedarse solo en el pleno cuando fuerce una votación sobre cuatro de sus exigencias: revocar el traslado del etarra, ilegalizar a EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas), abortar el propósito de Batasuna de presentarse a las elecciones de mayo y condenar la posibilidad de reabrir el proceso de paz. El miércoles, el PP convertirá el pleno de control casi en un monográfico contra la política antiterrorista.

La resaca de la manifestación del sábado impregnó ayer las reuniones de los dos grandes partidos. El PSOE incidió en que Rajoy se olvidó de citar a las víctimas del 11-M en el mitin con que cerró la protesta. Según José Blanco no fue un lapsus, sino la prueba de que el PP "olvida a las víctimas que no sirven a sus actuales intereses partidistas". Ayer, el líder del PP tampoco habló de los afectados de Atocha. Solo convocó a la prensa para agradecer la asistencia a una manifestación "hermosa y pacífica", que le hizo vivir "el día más bonito" de su carrera política.

Blanco dejó claro que el PSOE apoya la protesta del próximo sábado en Madrid contra la invasión de Irak, aunque el partido teme la comparación entre ambas marchas. La iniciativa es un "grito contra la guerra" que se hará al unísono en las principales ciudades del mundo en el cuarto aniversario del ataque.