Esta vez no hubo la denominada pena de telediario y los cinco presos del caso Pretoria --que investiga la corrupción en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)-- fueron trasladados de la cárcel madrileña de Soto del Real a la de Brians 2, en Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona), con la discreción que los abogados de los imputados pidieron a las instituciones penitenciarias. Un alejamiento de los focos que se consiguió tratándoles como al resto de encarcelados, que traducido en horas quiere decir que se subieron al autocar de la Guardia Civil por la noche, durmieron en la cárcel de Zaragoza y fueron deteniéndose, para bajar y subir presos, hasta llegar al mediodía a Brians 2. "Han llegado reventados", comentó un amigo.

Las imágenes de los detenidos por la investigación de Pretoria entrando en la Audiencia Nacional, esposados, y recogiendo sus enseres en las bolsas de plástico azul provocó una reacción en cadena de críticas que obligó al presidente del tribunal, Angel Juanes, a abrir una investigación de uso interno para saber qué falló ese día. Juanes fue entrevistado ayer en la cadena SER y reconoció que no le gustó la imagen, que la situación le provocó "una notable preocupación" y que los hechos fueron "graves y no se dio una buena imagen de la justicia". En cualquier caso, Juanes sí puntualizó de nuevo que el magistrado Baltasar Garzón, que les esperaba ese día en su despacho para tomarles declaración, no tuvo nada que ver con la escena.

Los exdirigentes de CiU Lluís Prenafeta y Macià Alavedra serán sometidos en Brians 2 al examen médico que ha encargado Garzón para comprobar si el encarcelamiento está agravando su delicada salud. En su momento, el letrado Juan Córdoba presentó un recurso al magistrado en el que solicitaba la libertad provisional para ambos por razones estrictamente de salud.