Querían, pero no podían. Los diez islamistas detenidos en enero en Barcelona, y otro capturado en Holanda en marzo, tenían previsto atentar contra los servicios públicos de Barcelona el fin de semana del 18 al 20 del pasado enero. Así consta en el auto de procesamiento que ayer dictó el juez Ismael Moreno contra ellos por un delito de integración en Al Qaeda y tenencia de explosivos. El magistrado revela que los suicidas eran cuatro y no tres como había explicado en los autos de prisión de enero.

Moreno informa de que el cuarto kamikaze es Aqueel Ur Rehman, detenido en Breda (Holanda) el 18 de marzo. Este islamista, de 27 años, llegó a Barcelona el pasado 16 de enero. Ese día, se entrevistó con los jefes del grupo y con sus compañeros. Sin embargo, "por razones que se desconocen", se marchó a Alemania y desde allí a Holanda

El juez revela que la policía ha encontrado en la vivienda de los detenidos un pasaporte, una solicitud de inscripción en el padrón de Barcelona, una copia de solicitud de alta en el servicio sanitario público, una copia de un contrato con Vodafone y otra de una tarjeta de una biblioteca a nombre de Rehman.

CAPACIDAD OPERATIVA El magistrado sostiene que la célula "había alcanzado capacidad operativa a nivel humano y se encontraría muy próxima a conseguir plena capacidad técnica a nivel de artefactos explosivos" para cometer atentados. Y confirma que la red iba a "llevar a cabo diversas acciones terroristas suicidas" en transportes públicos de Barcelona.

Moreno también confirma que a los procesados se les intervino nitrocelulosa y elementos mecánicos y eléctricos "aptos para la construcción de uno o varios artefactos explosivos". Jose María Fuster Fabra, abogado de la acción popular, aplaudió el auto aunque recurrirá para pedir que a los acusados se les impute por "estragos terroristas en grado de tentativa".