El profesor de química de la Universidad de Gerona Joan Miró, que testificó como perito en el juicio contra la presunta célula islamista desarticulada en el 2003 en Cataluña conocida como comando Dixan , aseguró ayer que con los productos incautados a los procesados no se puede fabricar napalm casero, como sostiene el FBI.

En todo caso, la segunda jornada del juicio, que se suspendió hasta el 30 de noviembre por la incomparecencia de algunos testigos, puso en evidencia la dificultad de juzgar este tipo de presunto terrorismo por la inconsistencia de las pruebas presentadas por la policía.

Si bien el profesor avaló la tesis de los seis imputados, y dijo que podrían haber obtenido las sustancias en la fábrica de piscinas en la que trabajan, también aseguró que para fabricar con ellas un explosivo solo sería necesario gasolina, algún combustible o una fórmula química que se puede encontrar fácilmente en internet.

Aún así, explicó que las cantidades que tenían los imputados solo servirían "para calentar a alguien durante una noche". Por contra, en el juicio declaró un tedax (experto en explosivos) que respaldó la tesis del fiscal, que acusa al presunto jefe de la célula de preparar un atentado. El tedax explicó que en los registros se confiscó un móvil con dos orificios por los que se podría conectar un detonador, similar a los usados por Al Qaeda en el atentado de Bali.