La llamada geometría variable de pactos del PSOE vivió ayer un nuevo ejercicio de equilibrios que también podrían definirse como precariedades, tras las elecciones autonómicas gallegas y vascas que dejarán previsiblemente a los socialistas sin el apoyo estable del PNV en el Congreso. En una misma tarde, el grupo socialista obtuvo el apoyo del PP para rechazar una propuesta del Parlamento catalán para subir el salario mínimo interprofesional, se alió con ERC y CiU para aprobar la territorialización de las ayudas a oenegés, y apoyó una moción de CiU para mejorar el fondo de garantía de alimentos, destinado al miembro de una pareja divorciada que tenga la custodia de los hijos.

Este escenario parlamentario llevó al PSOE a ser censurado por diversos motivos por parte tanto de ERC como del PP. Los republicanos acusaron al grupo socialista de incoherencia por rechazar la propuesta sobre el SMI que habían apoyado los socialistas catalanes, entre otros grupos, en la Cámara catalana en el 2005. La diputada del PSC Isabel López argumentó que subir el SMI hasta el 60% del salario medio, en torno a los 1.000 euros, como planteaba la propuesta, generaría una "alarma importante" en tiempos de crisis. López sostuvo que su grupo estaba "por el objetivo de la medida, pero no en este momento". El PSOE contó con el PP para rechazar la iniciativa catalana. Y también obtuvo los votos de los populares para rechazar una proposición de IU sobre la eutanasia.

Minutos más tarde era el PP el que reprochaba al grupo socialista que se echara en manos de CiU y ERC, con los que pactó una propuesta para territorializar las ayudas a las ONG procedentes de la asignación del 0,7% del IRPF. El PP advirtió de que el nuevo escenario tras las elecciones se estaba comenzando a visualizar con el "nerviosismo" del grupo socialista, obligado a "comprar el apoyo de ERC y CiU".

Por la mañana el PSOE ya experimentó en términos de precariedad lo que trata de continuar definiendo como unos pactos variables. Y es que en la comisión de Medio Ambiente los socialistas perdieron votaciones, de trascendencia menor, pero que ponen de manifiesto el escenario que se abre en el que los socialistas van a tener que negociar todas las votaciones.

Más que significativas fueron las palabras del diputado del PNV Emilio Olabarria: "Acabado el talante, tiene que recurrir a la baraka la suerte, pero ¿cuánto durará la baraka ?". El portavoz nacionalista, Josu Erkoreka, puso en duda que el Ejecutivo pueda terminar la legislatura.