El secretario general del PSN, Carlos Chivite, pidió ayer "margen de maniobra" para negociar el futuro gobierno de Navarra y garantizó que actuará con "inteligencia" y sin "perjudicar los intereses de España". Tras atacar con dureza a la hasta ahora gobernante Unión del Pueblo Navarro (UPN, marca local del PP), confió en que el nuevo Ejecutivo responda a la "voluntad de cambio" expresada por los ciudadanos. Dijo que la constitución de los ayuntamientos, el día 16, ayudará a "encajar las piezas". Zapatero trasladó el debate a la comisión ejecutiva del partido y a la dirección del PSN.

En rueda de prensa, el secretario de organización del PSOE, José Blanco, insistió en que los socialistas optarán por la presidencia de la comunidad y reclamó a UPN dar "un paso adelante" para "corresponsabilizarse" con un Ejecutivo que presida el socialista Fernando Puras. Los socialistas intuyen que UPN, con 22 escaños, rehusará regalar la presidencia al tercer partido en votos.

Sí es posible que la coalición soberanista Nafarroa Bai (12 escaños, como el PSN) acepte gobernar con los socialistas. El problema es que, a cambio, Nafarroa Bai quiere la alcaldía de Pamplona, para lo que necesita al PSN y ANV, y los socialistas rechazan todo nexo con esta formación. El caso navarro inquieta a los socialistas, por las implicaciones electorales que pueda tener en otros territorios.