Mucha crítica a la gestión y al "despilfarro" de José Luis Rodríguez Zapatero; grandes dosis de ironía; un elaborado trabajo de hemeroteca y escasa capacidad de improvisación. Con esos ingredientes preparó el líder de la oposición, Mariano Rajoy, su discurso para el debate del estado de la nación. Un discurso cocinado con varios de sus colaboradores, pero al que él mismo dio el toque final el lunes, en su casa, donde preparó su intervención. Con esos mimbres llegó ayer al Congreso a escuchar al presidente del Gobierno, del que esperaba algún "golpe de efecto". Y se encontró con el anuncio de 11 medidas económicas que, según Zapatero, supondrán un cambio del modelo productivo.

Rajoy consideró que las iniciativas no eran más que "cuatro gestos" que no merecían grandes cambios en su discurso. "No merece la pena cambiar nada", dijo su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría

DIAGNOSTICAR AL ENFERMO Llegó la tarde y el momento de que Rajoy hiciera un "diagnóstico del enfermo" --como a él le gusta hablar de la coyuntura económica-- y de debatir sobre alternativas. El líder de los populares se enrocó en los síntomas y no tanto en las soluciones. Tampoco dudó al señalar al responsable de la situación: Zapatero que, a su juicio, ocultó la llegada de la crisis por "un deliberado y mezquino cálculo electoral".

A continuación, Rajoy avisó de que urge una rectificación en política económica y aconsejó dejar de "fantasear" con las previsiones y disponer de un plan "coherente", que no tire de déficit como si los ciudadanos fueran "jeques árabes". Pero eludió explicar su plan. Eso sí, Rajoy insistió en ironizar sobre la gestión gubernamental, en solicitar un cambio de sistema productivo y en minimizar el impacto de las medidas de Zapatero". Podrá usted improvisar, señor presidente, inventarse medidas y arruinar a los españoles. Pero no logrará resultados. No quiso hacerlo cuando pudo. No pretenda arreglarlo ahora con cuatro gestos", señaló. Y evitó, en lo posible, valorar "los cuatro gestos".

Solo apuntó que terminar con las deducciones por vivienda perjudica a la clase media; que la reducción del impuesto de sociedades es de alcance limitado y que apoya las pizarras electrónicas y ordenadores en los colegios, pese a dudar de que el Gobierno cumpla esta propuesta.

Rajoy, que se quejó varias veces de su supuesta falta de tiempo en la tribuna, terminó con un pronóstico para Zapatero. "No va a escampar, por más que se empeñe en anunciarlo cada día. Ni para eso tiene crédito. Y es mi obligación decírselo".