Por tercer día consecutivo, Mariano Rajoy convocó ayer a los medios de comunicación y quiso ser él personalmente quien informara de la reunión que mantuvo con los dirigentes territoriales de su partido en la sede de la calle Génova, en Madrid. No aceptó preguntas de los periodistas. Ante las cámaras, repitió que es la única alternativa a José Luis Rodríguez Zapatero y agradeció con cierta mofa --después de la polémica animada por Alberto Ruiz-Gallardón y Manuel Fraga sobre su sucesión-- que el PP anuncie oficialmente el próximo lunes que será el candidato a las elecciones legislativas.

Durante esta comparecencia, Rajoy explicó que en su programa electoral, tema que centró la reunión, además de denunciar la pérdida de poder adquisitivo y ofrecer soluciones, su partido "garantizará la libertad y la igualdad de quienes conforman la nación española". El presidente de los conservadores aseguró que ganará para corregir "los problemas territoriales" creados por Zapatero y evitar que "siga traficando con la estructura del Estado", hecho que, a su juicio, ha provocado la salida de Rosa Díez del PSOE.

El que se siente más que nunca líder de los populares convocó a todos los presidentes autonómicos y dirigentes territoriales para repetir el mensaje que el día anterior trasladó al grupo parlamentario en el Congreso: hay que ser optimistas porque se ganaron las municipales y no aceptará "presiones" para elaborar las listas electorales.

DEBATE APLAZADO Según algunos de los asistentes, el debate del número dos no volvió a abordarse directamente, aunque se sobreentendió cuando Rajoy animó a los presentes a centrarse únicamente en las elecciones.

Durante ese encuentro, también se decidió la persona que, en cada comunidad autónoma, se va a encargar de coordinar el programa electoral.