Sí, pero con matices. El presidente del PP, Mariano Rajoy, volvió a mostrar ayer su disposición a un acuerdo de Gobierno con el PSE en el País Vasco, aunque sin renunciar a aspectos como la defensa de la Constitución o el rechazo a la negociación con ETA. "No nos hemos presentado para que nada cambie", dijo, esperando que se trate de "cambios políticos, no de personas", y dejando la pelota en el alero socialista. El líder de los populares aprovechó la comisión ejecutiva del PP andaluz para hacer balance de las pasadas elecciones y reiterar su mano tendida en un momento que calificó de "histórico" para el País Vasco, al ser la primera vez que se plantea un cambio real desde que se logró la autonomía en 1980.

E histórico, porque "también es la primera vez que ETA no ha estado en las instituciones", un hecho muy útil, dijo, en la lucha contra el terrorismo que siempre han defendido "en solitario".

Por estos motivos, Rajoy mostró su esperanza de que el vuelco se plasme en las políticas y no quede en un mero baile de nombres al frente del Ejecutivo vasco. "Pero vamos a ver ahora si el otro actor del cambio quiere o no que se produzca", retó.

Y reiteró que, pase lo que pase, el PP seguirá reivindicando "lo que siempre ha reivindicado", como la defensa de España, de la Constitución, del Estatuto de Gernika --"la norma que más apoyo popular ha concitado en el País Vasco"--, la derrota de ETA y no la negociación, la libertad educativa, sobre todo en relación con el castellano, y la puesta en marcha de un plan contra la crisis en la comunidad.