La impronta del ya exministro José Bono en la Guardia Civil será menos duradera de lo que él hubiera deseado. Su sustituto en el Ministerio de Defensa, José Antonio Alonso, y el de éste en Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, están de acuerdo en relevar al teniente general Carlos Gómez Arruche como director general del instituto armado, y también en que el cargo recaiga de nuevo sobre un civil con una sólida trayectoria política a su espalda, según informaron ayer fuentes gubernamentales.

Tras prometer sus cargos ante el rey Juan Carlos, ayer Pérez Rubalcaba y Alonso ocuparon sus nuevos despachos en los departamentos de Interior y Defensa, respectivamente. Pero el traspaso de poderes en la cartera de Interior empezó ya el pasado fin de semana, en que Alonso y Rubalcaba aprovecharon para comentar los entresijos del ministerio y algunos proyectos pendientes. En especial, el futuro de la Guardia Civil, pues funcionalmente depende de Interior y orgánicamente de Defensa.

Rubalcaba y Alonso se tomarán unos días antes de elevar una propuesta de nombramiento al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, para que la apruebe el Consejo de Ministros. Entre los candidatos al puesto figuran Juan José López Garzón, delegado del Gobierno en Andalucía, y José Antonio Viera, secretario general del PSOE en Sevilla.

COLABORACION SIN ROCES Ambos ministros, en todo caso, han acordado colaborar para evitar roces a cuenta del instituto armado, como el que provocó Bono cuando forzó la elección de Gómez Arruche como director del cuerpo sin contar con Alonso. Arruche perdió la confianza de Alonso y del PSOE en el 2005, cuando defendió a un teniente de la Guardia Civil acusado de propinar una paliza mortal a un agricultor en el cuartel de Roquetas (Almería).

Rubalcaba y Alonso no sólo coinciden en la conveniencia de cesar a Arruche, sino también en el perfil del sustituto. La mejor alternativa, a su juicio, es un civil, tradición que inauguró el PSOE en 1982 con la elección de Luis Roldán.

Está por decidir el futuro del número dos de Interior, Antonio Camacho, quien desea dejar el cargo, aunque Rubalcaba querría ratificarle. Sí seguirán Víctor García Hidalgo y Mercedes Gallizo al frente de la Policía y Prisiones, respectivamente.

Ayer, en el traspaso de poderes, Rubalcaba avanzó su receta para lograr que "el principio del fin" de ETA conduzca a la desaparición definitiva del terrorismo: la "firmeza" del Estado de derecho y la ley, la "eficacia" en la actuación policial y la "unidad" de los partidos.