Las Cortes Generales dieron ayer luz verde definitiva al proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña con su aprobación por el pleno del Senado, que lo remitirá ahora a la Generalitat para que lo someta a referéndum el 18 de junio.

El pleno de la Cámara Alta aprobó el texto tal y como había quedado en el Congreso gracias a la abstención de los cuatro senadores de Esquerra Republicana de Cataluña que, pese a su oposición declarada al proyecto, optaron por no votar en contra para evitar la coincidencia con el PP y un posible retraso en la consulta popular.

Al final, los 128 votos del Partido Socialista, CiU, PSC e ICV (que forman junto a ERC el grupo de la Entesa Catalana de Progres), PNV, CC, IU y BNG se impusieron a los 125 del PP, único grupo que votó en contra. Además de los cuatro senadores de ERC también se abstuvieron el de EA y el del PAR.

Lo ajustado de la votación obligó a a extremar las precauciones para que los 259 senadores estuvieran en sus escaños a la hora de votar, como ocurrió.

ZAPATERO CIERRA EL DEBATE El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que siguió buena parte de la sesión desde su escaño, pidió la palabra para cerrar el debate con una intervención en la que aseguró que el estatut supone "un éxito colectivo para la sociedad catalana y para toda España".

"Este Estatut no separa, sino que prepara a Cataluña para un futuro mejor para sus ciudadanos; este no es un Estatut rebajado, sino acordado, es decir, puramente democrático y consensuado entre una amplia mayoría de la representación del Parlamento catalán y una mayoría de las Cortes Generales en los términos y con las reglas que establece la Constitución", subrayó.

Ya aprobado el proyecto, el presidente catalán, Pasqual Maragall, aseguró que el texto abre la puerta a la "renovación del mapa autonómico español" y recordó que el entonces presidente, el republicano Francesc Maciá fue "aclamado" en 1932 por los catalanes pese a volver de Madrid con un Estatut recortado.

UNA NUEVA SITUACION También en los pasillos del Senado, el presidente de CiU, Artur Mas, aseguró que si en el referendo no triunfa un "sí rotundo", Cataluña se adentrará en una "situación de incertidumbre y precariedad".

Antes, en el debate parlamentario, los portavoces de los grupos del Senado abundaron en las ideas que han venido expresado sus partidos en los trámites parlamentarios anteriores.

Así el portavoz del PP, Pío García-Escudero, afirmó que con la reforma "España pierde porque Cataluña sale gravemente perjudicada" y señaló que el texto supone "una enmienda a la totalidad de la España de las autonomías".

El socialista Joan Lerma afirmó que la reforma no cambia "el carácter del Estado" y que el texto es "extensible" al resto de comunidades, mientras que el senador del PSC Isidre Molas pidió que ningún partido se apropie del nuevo Estatuto ya que éste "será de todos" cuando entre en vigor.

El portavoz de CiU, Pere Macias, denunció la "curiosa alianza" contra el Estatut que conforman ERC y PP, y evocó también a Francesc Maciá para justificar los recortes al texto del Parlamento catalán.

El portavoz de Entesa Catalana de Progrés y senador de ERC, Carles Bonet, tras explicar el sentido de la abstención de su partido, pidió al pueblo catalán que no haga lo propio el día 18 y se pronuncie en el referendo.

La tribuna de invitados del Senado contó con la asistencia de los principales dirigentes catalanes, encabezados por Maragall, el conseller primer, Josep Bargalló (ERC), el portavoz del Ejecutivo, Joaquim Nadal (PSC), y el conseller de Relaciones Institucionales, Joan Saura (ICV).

Junto a ellos, estuvieron presentes Artur Mas (CiU), Josep Lluís Carod-Rovira y Joan Ridao (ERC), Manuela de Madre y Miquel Iceta (Partido Socialista Catalán), así como el presidente del Parlament, Ernest Benach.

Por parte del Gobierno asistieron además del presidente, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, y los titulares de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, e Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

APLAUSOS AL FINAL Tras la aprobación del texto, los senadores de los grupos partidarios del sí prorrumpieron en una ovación dirigida a los representantes del Parlament. Los republicanos asistieron a la escena en pie pero sin aplaudir mientras que los del PP permanecían sentados en sus escaños.

Aprovechando su coincidencia en el Senado, el presidente del Gobierno se reunió por separado con Maragall y Montilla.

Paralelamente a la discusión en la sesión plenaria, durante toda la tarde planeó sobre el Senado la incógnita sobre cuál será el futuro inmediato del tripartito catalán.

De hecho fue en los pasillos de la Cámara Alta donde se supo que Pasqual Maragall se reunirá hoyprimero con los representantes de los tres partidos del Gobierno (PSC, ERC e ICV) y posteriormente con Mas.