En el Parlamento catalán fueron 554 las enmiendas con las que tuvo que lidiar en comisión antes de que el Estatuto llegara al histórico pleno del 30 septiembre. Los desacuerdos amenazan con hacer pasar al Estatuto por idéntico via crucis en el Congreso, a pesar de que, para el PSOE ésa era la peor de las alternativas. El sábado, por ejemplo, el equipo negociador de ERC, con Josep Lluís Carod-Rovira en cabeza, tras reunirse con los socialistas Josep Montilla y Alfredo Pérez Rubalcaba en Barcelona, concluyó que de nada sirve celebrar nuevas citas bilaterales. Aceptó que hay margen para el acuerdo, pero no ya por esa vía.

SIN TIEMPO Fuentes del tripartito dijeron ayer que, aunque el 27 de diciembre se convoque una cumbre, no hay tiempo para consensuar un paquete de enmiendas aceptadas por ambas partes. El presidente del Congreso, Manuel Marín, se niega a ampliar tres días el plazo de enmiendas, así que el PSOE debe presentarlas mañana.

Una cumbre en Madrid --añadieron las mismas fuentes-- sólo serviría así para pactar una moderada reacción del cuatripartito catalán al contenido de las enmiendas. Estas tendrán un gran interés, pues en ellas el PSOE puede reflejar en negro sobre blanco, financiación incluida, el avance de la negociación.