El tiroteo entre miembros de ETA y las Fuerzas de Seguridad francesas en las cercanías de París en el que ayer resultó muerto un gendarme se inició cuando varios terroristas acudieron a ayudar a otros de sus compañeros, que habían sido detenidos por los agentes.

Así lo han informado hoy fuentes jurídicas, que han señalado que la Gendarmería sorprendió a cuatro presuntos etarras junto a otros tantos vehículos --que supuestamente acababan de ser robados en un concesionario de BMW-- cuando trataban de llenar sus depósitos con garrafas de gasolina.

Los agentes pararon junto a ellos y trataron de detenerles y esposarles, momento en el que otros tres vehículos en el que circulaban otros tantos presuntos terroristas irrumpieron en el lugar y comenzaron a disparar, alcanzando al menos a uno de los gendarmes, que murió poco después.

AUTORÍA, FUERA DE TODA DUDA

Fue entonces cuando los cuatro etarras que estaban siendo detenidos trataron de huir, unos subiéndose a los vehículos que acudieron en su ayuda y otros a pie. Este fue el caso de Joseba Fernández Aspurz, el Guindi, que no consiguió su propósito y fue arrestado.

Las fuentes consultadas han destacado la "sorpresa" que ha supuesto para los expertos en la lucha antiterrorista el cambio de modus operandi de ETA --imitando el modo de actuación de la delincuencia organizada--, que atribuyen a sus "nuevas necesidades logísticas" tras los golpes asestados a su infraestructura en los últimos meses.

Aparte de por la detención de Fernández Aspurz, estas fuentes han señalado que la autoría de ETA está fuera de toda duda, ya que en uno de los vehículos abandonados se ha encontrado una de las pistolas robadas por la banda en octubre del 2006 en la localidad francesa de Vauvert.