El ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras aseguró hoy que informó a la Policía antes del 11-M de la existencia de la finca de Chinchón en la que se montaron las bombas y a la que dijo que fue una vez con el suicida de Leganés Jamal Ahmidan, "El Chino", con el que explicó que sólo se relacionaba por asuntos de drogas.Trashorras, quien se enfrenta a la máxima pena solicitada por el fiscal (38.667 años) por considerar que fue él quien suministró los explosivos para los atentados, retomó en esta octava jornada de juicio la declaración que ayer inició y volvió a negar haber puesto a disposición de los presuntos autores del 11-M la dinamita que explotó en los trenes.También calificó de "bulo" "eso que dicen" de que conocía a dos etarras que robaron un vehículo cerca de su domicilio en Avilés (Asturias) y que después colocaron como coche-bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Santander en diciembre de 2002.Sobre los explosivos reiteró que únicamente tuvo relación con "El Chino", al que se jactó de haberle puesto el sobrenombre de "Mowgli", en la compra de sesenta kilos de hachís y que lo hizo porque se trataba de una operación policial -ya que hoy aseguró que no trafica con drogas-, en la que él participaba como confidente del el ex jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez "Manolón". Afirmó además que el 27 de febrero de 2004, y en el marco de su actividad como confidente, fue a la Comisaría y "di las indicaciones de la finca de Morata (como popularmente se conoce a la finca de Chinchón por su proximidad con la citada localidad madrileña)", a la que dijo que fue en una ocasión con "El Chino" y con su ex mujer, Carmen Toro, a la que trató de exculpar en todo momento alegando que desconocía lo que se traía entre manos.Sin embargo, según declaró, nadie fue a la finca -en la que aseguró no haber visto ningún agujero revestido de porexpán- tras sus indicaciones y tras ser detenido el 18 de marzo de 2004 "me llevaron directamente a Madrid" y pensé que "era testigo protegido" porque me dijeron que si implicaba "a los moros" no iría a la cárcel. “Operación Pipol” Abundando en los explosivos, Trashorras, al igual que hizo ayer, negó reiteradamente estar relacionado con ello y dijo que si su ex cuñado, el acusado Antonio Toro, le implicó en la llamada "operación Pipol" sobre el tráfico de explosivos, en la que ambos han sido recientemente condenados, fue "para quitarse el problema de encima". Manifestó que "unas personas" le obligaron a entregar Goma 2 bajo amenazas y fue Francisco Javier Lavandera, trabajador de un club de Gijón y confidente de la Guardia Civil que alertó a las fuerzas de seguridad en 2001 de la existencia de una red de tráfico de explosivos en Asturias, el que "me empezó a preguntar por explosivos y drogas". "Todo el mundo sabe que en Asturias hay tráfico de explosivos para pescar y para voladuras" e incluso, "como se dijo en la Comisión de investigación del 11-M, que todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza, hasta para fiestas", como en todos los lugares de minería, destacó el ex minero. No obstante, luego matizó que "como mucho se puede distraer" un cartucho o un cartucho y medio por cuadrilla a la semana en una mina y ante esa aparente contradicción el presidente del tribunal le preguntó cómo era compatible esto con su afirmación del tráfico generalizado del tráfico de explosivos en Asturias. "Eso es lo que dice la Guardia Civil", destacó Trashorras para luego precisar que las voladuras para pescar y para las fiestas "son pequeñas voladuras", tratando así de justificar que el tráfico de explosivos es de pequeñas cantidades. A pesar de haber negado que su ex mujer conociera sus actividades y de asegurar que llevaba una vida "aparte", explicó que "Manolón" le ofreció en octubre de 2003 un empleo a Carmen Toro en El Corte Inglés si accedía a colaborar con él como confidente "y empezó a trabajar en diciembre".