Recoger 50.000 firmas. Ese es el objetivo que se ha marcado el tripartito vasco para demostrar que es una mayoría de ciudadanos la que respalda la consulta sobre el final dialogado de ETA y el derecho a decidir. Aunque PNV, EA y EB, además de Aralar, saben que las adhesiones no tendrán valor jurídico en la demanda que se proponen presentar ante Europa contra España, defienden su alto "valor político" y por eso animarán a dar apoyo "personal" al escrito.

Se prevé que el documento quede cerrado durante una reunión que las cuatro fuerzas celebrarán el viernes. No obstante, esperarán a que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la consulta, previsiblemente antes del día 15, para dar a conocer el contenido de la denuncia contra España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violación de seis artículos del Convenio Europeo para la Protección de Derechos y Libertades Fundamentales.

Fue el pasado viernes cuando los partidos que dan cobertura a la consulta decidieron que serán solo ellos quienes interpongan la demanda. PNV, EA, EB y Aralar aceptaron, no obstante, el papel de mediadores que el lendakari les pidió para dar "cauce" a la protesta ciudadana. Por eso, decidieron elaborar un texto que, como simbólico gesto, permita a los ciudadanos adherirse a la demanda que ellos presentarán. La cifra de 50.000 firmas supondría rebasar el baremo para la iniciativa legislativa popular, cifrado en 30.000 firmas.

No existe aún decisión firme sobre cómo articular la recogida de firmas. Otra incógnita es qué harán el lendakari y los miembros de su Gabinete el día 16. Ibarretxe anunció que ese día, y si la consulta es vetada, él, "como el ciudadano Ibarretxe", y todos los integrantes del Ejecutivo firmarían a "título personal" la demanda contra España. Ayer, la vicelendakari, Idoia Zenarruzabeitia, no aclaró si la decisión de los partidos ha modificado los planes del lendakari.