Ni un paso atrás. El Partido Nacionalista Vasco mantendrá su apoyo a la propuesta del lendakari, Juan José Ibarretxe, de celebrar una consulta popular el 25 de octubre, pese al rechazo que esta genera en buena parte del partido. A pesar de la falta de entusiasmo que denota el significativo silencio del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, que no ha hecho un solo comentario desde que el Gobierno vasco presentó la semana pasada la iniciativa, Ibarretxe tiene garantizado el respaldo del partido.

El cierre de filas no implica, sin embargo, unanimidad. Para ejemplo vale la afirmación resignada de un militante que pide anonimato: "Ahora toca estar con el lenda , pero yo cada vez le entiendo menos".

CORTE DE CABEZAS Estas palabras reflejan una opinión extendida entre los cuadros vizcaínos, que es donde el PNV tiene mayor fuerza. Sin embargo, en los últimas días han desaparecido del foro público las manifestaciones críticas con la hoja de ruta del lendakari y tanto dirigentes como cargos se han plegado a la necesidad de eludir las diferencias. "No conviene sacar la cabeza, que igual te la cortan", apunta un discrepante.

La nueva posición se decidió una vez que la ejecutiva del PNV llegó a la convicción de que no es posible alcanzar un acuerdo con José Luis Rodríguez Zapatero. Antes de que Ibarretxe acudiera a la Moncloa, Urkullu había sacado una conclusión desalentadora: con el plan de Ibarretxe sobre la mesa, Rodríguez Zapatero no dará ni un solo paso para facilitar el acercamiento con los peneuvistas.

La cena que compartieron Urkullu y Zapatero en Madrid fue el principio de la nueva situación. Urkullu sacó la impresión de que no merece la pena esforzarse porque el objetivo central del PSOE ahora es consolidarse como alternativa de Gobierno en el País Vasco.

También pesa en el ánimo de Urkullu la dificultad que entrañaría forzar un giro en la propuesta del tripartito sin causar desgarros en el ala más soberanista del PNV. Esta, capitaneada por Joseba Egibar, se alinea sin fisuras con Ibarretxe.

Hasta el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha admitido estar "detrás" de Ibarretxe porque esa es la consigna en el partido, aunque la consulta no le despierta emoción alguna en las actuales circunstancias políticas.

LA HOJA DE RUTA Fuentes de la ejecutiva peneuvista apuntan que ha sido el propio Ibarretxe el que ha dirigido todo lo concerniente a su hoja de ruta desde que la presentó en septiembre del año pasado frente al evidente disgusto del entonces presidente del partido, Josu Jon Imaz.

La redacción de las dos preguntas de la consulta se fraguó en los despachos de la presidencia del Gobierno vasco, y no en Sabin Etxea, la sede del PNV.

Los miembros de la ejecutiva del PNV, el Euskadi Buru Batzar (EBB), recibieron información el pasado lunes por boca del propio Ibarretxe. Sin embargo, Urkullu ha estado permanentemente al tanto de los proyectos del lendakari e incluso conoció con un mes de antelación la propuesta. Sabía que la pregunta sobre el final dialogado de la violencia no incluiría una condena explícita a ETA, porque así lo habían pactado los tres socios del Ejecutivo.

De ahí que algunos militantes se encuentran desconcertados por el hecho de que, en declaraciones al diario El Correo , Urkullu sostuviera justamente lo contrario dos días antes de que el lendakari diera a conocer las preguntas textuales. Varios dirigentes, Egibar entre ellos, han justificado que no hay nada más claro ni con más fuerza contra ETA que exigir su desaparición. Se admite y hasta el propio Ibarretxe lo hace, que la propuesta ha causado división en el PNV.