AIñigo Urkullu le gusta poco la consulta prevista por Juan José Ibarretxe y lo dejó claro ayer al distinguir que una cosa es la propuesta del lendakari, con su hoja de ruta cerrada, y otra la actuación del PNV, que no ha puesto condiciones para hablar con José Luis Rodríguez Zapatero. "Son dos planos diferentes", sentenció, a la vez que sugería la posibilidad de que se flexibilicen los plazos puestos por Ibarretxe si Zapatero confirma una "voluntad de acuerdo" sobre el nuevo marco político.

El presidente del PNV prepara el giro necesario para salir del atolladero en el que le han puesto los malos resultados electorales. Su primer objetivo es sentarse a dialogar con el PSOE sobre una nuevo marco político y, para eso, la iniciativa de Ibarretxe de celebrar una consulta el próximo 25 de octubre supone una mala carta de presentación. De ahí que si en la primera intervención de Urkullu, el sábado ante al asamblea nacional de su partido, no incluyó ninguna referencia a la propuesta, ayer marcó nueva distancia con la iniciativa, criticada por PSE y PP.

Urkullu sabe que la consulta marca una frontera infranqueable para avanzar hacia cualquier acuerdo con los socialistas. Ese ha sido el aviso claro de Patxi López y, por eso, el líder peneuvista trata de que tome cuerpo ante la ciudadanía la posibilidad de que la propuesta se reformule si Zapatero entra al diálogo.

DE LA MANO En una medida intervención ante las cámaras de la televisión pública vasca, Urkullu combinó este nuevo mensaje con el apoyo al lendakari. Dijo que Ibarretxe y el partido "van de la mano" para explorar la "oportunidad" de llegar a un acuerdo con el Estado.

El presidente del PNV, que llegó a la cúpula el pasado diciembre como un hombre de consenso tras la renuncia de Josu Jon Imaz a la reelección, necesita evitar a toda costa una nueva división interna. Se ha propuesto que los nuevos movimientos no reabran las tensiones entre el sector más soberanista, que abandera Joseba Egibar en plena sintonía con Ibarretxe, y los más pragmáticos, que dudan de que este sea el momento para nuevas "aventuras".

Urkullu dejó muy claro su interés por suavizar cualquier posible malentendido al decir que ni la iniciativa de Ibarretxe ni el derecho a decidir se plantean en claves de confrontación.

Confirmó además la disposición del PNV a negociar la investidura sobre cuestiones "fundamentales" para el autogobierno. El PNV sólo ha apoyado la investidura en dos ocasiones: a Felipe González en su último mandato (1993) y a José María Aznar en el primero (1996).