La ejecutiva de los socialistas valencianos que presentó ayer su nuevo líder, Jorge Alarte, recibió un importante voto de castigo por parte del 35% de los delegados, además de 185 votos en blanco. El cambio que propugnaba el vencedor fue avalado por el 61,93% de la militancia. Y es que el proyecto integrador que proponía Alarte para su adversario, el alcalde de Morella, Joaquim Puig, se quedó en agua de borrajas. A pesar de haber ganado por 20 votos, el nuevo líder socialista solo incluyó a dos personas del equipo de Puig en una cúpula de 15 componentes. Más allá de las cuotas, la nueva dirección del PSOE valenciano se caracteriza por la juventud de sus miembros y su alto compromiso con la política municipal.