Si del Gobierno central depende, Barcelona será el escenario de la segunda reunión de la conferencia de presidentes, prevista para finales de junio. José Luis Rodríguez Zapatero, que hoy visita Barcelona, ha aceptado la propuesta de Pasqual Maragall de acoger en la capital catalana esta nueva cumbre autonómica, convocada para poner remedio a la deuda sanitaria y establecer las bases del nuevo sistema de financiación. Fuentes oficiales precisan que la decisión no puede ser definitiva porque requiere del plácet del resto de comunidades, pero no son pesimistas.

Aunque no hay una opinión unánime, altos cargos del Gobierno admiten que la eventual elección de Barcelona como sede de esta segunda cumbre puede contribuir a apaciguar el debate sobre la financiación, muy crispado tras el rechazo general a la propuesta de la Generalitat de recaudar todos los impuestos en Cataluña y devolver la mitad al Estado. Un nuevo concepto de solidaridad que el presidente catalán deberá defender ante sus colegas durante la conferencia, se celebre donde se celebre.

El Ejecutivo confía en que, de ejercer como anfitrión, Maragall modere su discurso en vísperas de la conferencia y, también, en la reunión a puerta cerrada. Que se ahorre, en suma, reflexiones que puedan herir a otros responsables autonómicos, como las alusivas al "sobreesfuerzo fiscal" de los catalanes o a las "comunidades acomodadas al subsidio". Fuentes gubernamentales también esperan que la hospitalidad de la Generalitat rebaje la tensión y disuada a sus invitados de alentar agrias discusiones.

CONSENSO Será el ministro de Administraciones Públicas quien contacte con todos los gobiernos autónomos para acordar el contenido y la sede del encuentro. Jordi Sevilla trasladará la propuesta de que sea en Barcelona, según fuentes del ministerio, pero no lo impondrá si con ello dificulta el consenso en sanidad y financiación.